Si un par de temporadas atrás nos dicen que el Barça es capaz de propinar semejante baño al Zaragoza sin sus dos grandes referentes sobre el césped, es decir sin Ronaldinho ni Eto'o, probablemente hubiéramos puesto en duda dicha afirmación. Sin embargo, hoy en día a 'l'entorn' no le extraña este hecho porque el Camp Nou, especialista en maltratar, pero también en crear ídolos, tiene el privilegio de poder decir que ha hecho crecer a dos de los mejores futbolistas del balompié actual: el argentino Messi y el manchego Iniesta.
Nadie puede discutir que ese menudo futbolista zurdo que emergió como una grata sorpresa de la cantera azulgrana está entre los tres o cuatro mejores jugadores del mundo y sin duda es el más desequilibrante del planeta. Tremendamente veloz en la conducción y en el regate, imparable en carrera y mejorando día a día en la eficiencia goleadora, Messi está suplantando con creces la ausencia por lesión de Eto'o y de Ronaldinho en el apartado ofensivo y en el corazón de los barcelonistas.
El caso de Andrés es diferente. Aunque cuajando actuaciones escandalosamente talentosas, no están siendo todo lo justos que deberían con él y no se le está colocando en el lugar donde, por juego y barcelonismo, se merece. Si Andrés Iniesta hubiera nacido al otro lado del Atlántico a buen seguro que los diarios deportivos estarían abriendo ediciones y ediciones de papel con sus actuaciones y ya se le estaría comparando con Maradona o con cualquier otro astro del pasado. Aquí, por el contrario, rebajamos los quilates de su fútbol por no ser una persona ruidosa y por no tener un apellido mediático. Tácticamente, ya sea como extremo o como centrocampista, defensivamente, robando balones, y, sobre todo, técnicamente, tanto con sus preciosos pases y controles como con su exquisita conducción y mejorado golpeo, Iniesta demuestra encuentro a encuentro que es uno de los referentes del Barcelona y que debe serlo también de la Selección. Contra el Zaragoza dio un auténtico recital. Andrés es uno de los mejores jugadores que ha sacado el fútbol español en las últimas décadas, si no el tiempo ya dirá.
En el albor de Iniesta y Messi hay que alabar a Rijkaard, por que él ha sido quien ha sabido temporizar y adecuar la carrera y la proyección de estos dos jugadorazos haciéndolos entrar poco a poco cuando eran jóvenes, para evitar tempranas subidas de ego, al igual que actualmente hace con los mancebos Bojan y Giovani. ¿Seguirán estos chicos los pasos de Iniesta y Messi? Seguro que en el Camp Nou estarían más que felices si así fuera.
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