miércoles, 31 de enero de 2007

Se marcha un grande




Con el traspaso de Ronaldo al Milan la Liga pierde a uno de los mayores artilleros de los últimos años. 115 goles en el campeonato liguero en tan sólo cinco temporadas es un registro más que envidiable. Cierto es que en las últimas campañas Ronaldo bajó mucho su rendimiento y que últimamente era más veces portada en revistas del corazón que en rotativos deportivos, pero nadie puede negar que el bueno de Ronnie ha dado mucho juego a periodistas y a aficionados, siempre ha estado en boca de todos ya sea para bien o para mal.

Es curioso que la marcha de Ronaldo se produzca cuando su ya ex equipo tiene severos problemas para convertir un gol. Ronaldo puede ser más delgado, trabajar más en los entrenamientos o ser más cortés con la prensa, pero si hay algo que Ronaldo posee es un don para el gol. Parece una viva contradicción que el Real Madrid elimine de un plumazo a la posible solución de sus males. Es como si un doctor dijera "si usted toma esta medicina tiene muchas posibilidades de recuperarse, no obstante se la recetaré a otro paciente. ¿Está de acuerdo? - y el paciente contestara - : "Si claro, ya trataré de superar mi enfermedad con otros medicamentos que tengo en casa." Desde la llegada de Florentino Pérez y el posterior despido de Fernando Redondo, el Madrid está adquiriendo la mala costumbre de despedir por la puerta de atrás a los jugadores que en años anteriores han escrito las páginas más doradas de su historia. Tras Redondo fueron Hierro y Del Bosque, más tarde Figo y Zidane y ahora Ronaldo y Beckham. No sé a que es debida esta vituperante costumbre, pero en la casa blanca deberían aprender de otros países como Inglaterra, Estados Unidos, Italia o Japón donde los deportistas que han marcado un hito son tratados como leyendas, con admiración, educación y con respeto. Es lo mínimo que se merecen.

Recuerdo la temporada de Ronaldo en el Barcelona como la mejor campaña realizada por un jugador de fútbol. Espectacular, incisivo, voraz. No tenía freno. También recuerdo noches mágicas con el Real Madrid como la espectacular noche de Old Trafford en la que él solo hizo puré a uno de los mejores conjuntos de Europa. Por esas grandes noches y por todos los magníficos goles que ha marcado en España le deseo mucha suerte en su nueva etapa en Milán. Allí también hacen falta goles y por lo que parece, Berlusconi si que ha aceptado 'la medicina recetada por el doctor'.

miércoles, 24 de enero de 2007

Sorpresas y Confirmaciones


En el campeonato más disputado del último lustro muchos han sido los futbolistas que han decidido dar un paso al frente y mostrarnos su gran nivel. El pequeño Iniesta ha corroborado lo que empezó a exponer en envites como las semifinales de la pasada Champions contra el Milan. A su fútbol descarado y a su elegante conducción se le ha unido una buena capacidad goleadora, quizás el único lunar que se le podía atisbar al manchego. Andrés se ha convertido en uno de los jugadores clave del Barça y Rijkaard lo sabe.

Por otro lado, han sorprendido gratamente Silva y Uche, dos jugadores de ataque jóvenes, ágiles de pensamiento y de acción, con desborde y que han sabido tomar la batuta de sus equipos ante las conyunturas que se les iban presentando. Especial atención merece el nigeriano. En su temporada debut en Primera está dejando claro que tiene nivel para un ‘grande’.

Otros futbolistas que han demostrado tener un ‘valor añadido’ han sido Zigic y el central Sergio. El serbio Zigic es algo más que un corpulento punta de 2’02. Ha evidenciado una gran inteligencia y está sabiendo explotar sus atributos físicos para ayudar al Racing. Sergio es de aquellos jugadores que no reúnen el perfil mediático que cautiva a la prensa, pero cumple defensivamente domingo tras domingo en un conjunto tan ofensivo como el Zaragoza. Aunque muchos no se hayan fijado en él, Sergio está jugando a nivel de Selección. Haber que opina Luis.

miércoles, 17 de enero de 2007

El valor del descartado


Teniendo en cuenta que el fútbol es un 25% calidad, un 25% forma física y un 50% estado de ánimo y mentalidad, cuando un futbolista es descartado por su técnico sufre un fuerte shock mental que pocos son capaces de superar. La gran mayoría acaba por 'huir' a otro club en busca de mayor fortuna o de un técnico más acorde con su carácter y su juego.

La otra minoría decide seguir en el mismo club aunque su imagen esté tachada con un rotulador rojo, aunque no se le dé peto en los entrenamientos, aunque nunca participe en los ensayos de las jugadas a balón parado, aunque su nombre no aparezca en las convocatorias. Este poco apetecible trángulo provoca un desgaste psicológico extremo. Sentirte inútil, o lo que es peor, sentirte útil y no poder ayudar a tus compañeros, provoca que las ganas de entrenar, que el amor del jugador por el fútbol decaiga en picado. Muchos de los que se encuentran en esta tensa situación acaban acomodándose, cobrando altos sueldos por entrenar y no luchan por volver a sentirse futbolistas.

Pero dentro de este grupo existe un escaso número de futbolistas que, bregando contracorriente, siguen desgastándose, continúan entrenando como el que más y consiguen encauzar su ira y su enfado para mostrarlos con un balón en los pies. Quieren demostrar a sus técnicos que están equivocados. Que tienen cabida en el equipo. Y cuando tienen una oportunidad, la aprovechan. Son un rara avis en el mundo del fútbol actual pero su valor, para mí, es altísimo. Tener a un jugador motivado, siendo vituperado y denigrado por sus superiores es algo difícil de entender y solamente los que hemos vivido una situación así, valoramos el increíble pundonor de estos jugadores. Por eso quiero dedicar este post a los Javier Saviola, Iván Helguera, etc... del fútbol mundial y darles coraje y fuerza para que sigan luchando y que no pierdan el amor por el fútbol.

lunes, 15 de enero de 2007

La educación no debe ser un valor añadido


En esta jornada de sorpresas quinielísticas, con la dolorosa derrota del Barcelona en Montjuic y la remontada del Mallorca en campo del Sevilla, una imagen quedó gravada en la retina de muchos aficionados al fútbol. Tras una peleada y polémica victoria del 'nuevo' Real Madrid frente al Zaragoza en el Bernabéu, parecía que la casa blanca iba a vivir una semana algo más distendida que las últimas, pero no pudo ser así. Fabio Capello, poseído por una ira desenfrenada, le dedicó un poco decoroso gesto a la grada, a la afición de su propio club, es decir, a aquellos que permiten que él pueda cobrar lo que cobra y que pueda gozar de una vida llena de lujos.

Este gesto dará mucho que hablar a periodistas y aficionados, y además esta vez con razón. No es que esté defendiendo a los energúmenos sin educación que, con toda probabilidad, acuden al Santiago Bernabéu y a otros muchos estadios de España y del Mundo con el único objetivo de liberar tensiones e insultar a todo aquello que se mueve. Ni mucho menos, es más, creo que el deporte debería de ser un medio transmisor de valores como el compañerismo o la deportividad y no mostrarnos violencia ni escarnios. Aunque probablemente este gesto de Capello lo repiten diariamente miles de seguidores, pero señor Capello ellos no ostentan el cargo que usted posee ni tienen que dar ejemplo ante su plantilla, su directiva y sobre todo ante todos los jóvenes que le admiran y ven en usted a un ídolo. Es muy fácil pedir disculpas, pero el mal ya está hecho: la imagen del Real Madrid está dañada, el público ya está insultado por una persona a la que mantienen y su reputación y su valor dentro de la plantilla están ampliamente dañados. Personalmente me defraudó mucho ver que una persona que lo ha ganado todo y que lleva muchos años en el mundo del fútbol enseñando a jóvenes y no tan jóvenes, y que remarca la disciplina y el adecuado comportamiento como factores clave dentro de su filosofía, realice algo así. Después de este gesto y aun venciendo al Zaragoza, el señor Capello firmó su tarjeta de partida del club blanco. Y si no, tiempo al tiempo.

jueves, 11 de enero de 2007

La Copa, un gran torneo


Aunque actualmente devaluada, la Copa del Rey constituye uno de los patrimonios más emblemáticos del fútbol español. A lo largo de la historia se han vivido encuentros memorables que han pasado a formar parte del recuerdo de los más ancianos y también de los jóvenes. Pero hoy por hoy, la mayoría de clubes no prestan la atención que se merece a este torneo y suelen utilizar a los menos habituales para esta clase de partidos.

A los grandes tan sólo les interesa la final, es por este sencillo motivo que Barcelona, Real Madrid, Valencia, Atlético... hace años que no logran llegar a la final y es por eso que la Copa del Rey se ha convertido en el torneo de 'la clase media' de la Liga. Betis, Espanyol, Zaragoza, Osasuna... Clubes que no pueden optar a la lucha del campeonato liguero, aunan esfuerzos para lograr un título que hace muy feliz a sus respectivas aficiones.

En cuanto al formato empleado, la Real Federación de Fútbol no acaba por encontrar la tecla idónea y cada campaña opta por emplear diferentes tipos de eliminatorias. El actual a doble partido provocará muchos partidos inútiles e innecesarios pero también asegura, en una gran proporción, la presencia de los grandes en las últimas rondas. De este modo los dieciseisavos y los octavos serán tomados con calma por muchos equipos de Primera sabiendo que tienen otro partido para redimir los posibles errores que cometan en el primer match. A partir de cuartos ya vendrán los grandes emparejamientos y los partidos a muerte. Estoy seguro que se vivirán grandes noches de sufrimiento, calculadoras y emoción en algunos partidos de vuelta de octavos y en las rondas venideras.

Aun así, si la Federación tuviera realmente interés en promocionar la Copa, haría algo como lo que se ha realizado en Balonmano. La Liga ASOBAL decidió dar el mejor premio posible al ganador de la Copa, una plaza en la Champions League del año próximo. Si esta decisión se trasladara al fútbol, doy fe que los grandes irían a por la Copa como los ratones a por el queso. Es una apuesta arriesgada ya que en el caso de que un club modesto diera la campanada y se impusiera en la Copa del Rey, el año siguiente España tendría un representante en la Champions, teóricamente de menor nivel que el cuarto de la Liga. Pero digo yo, ¿si un equipo ha logrado imponerse a todos los demás del país y sale condecorado con la vitola de Campeón de España, no es más digno de representar a España en Europa que tan sólo el cuarto de la Liga, equipo que no ha logrado nada? El debate está abierto y, como con los helados, hay para todos los gustos.

lunes, 8 de enero de 2007

¿Son rentables los fichajes de invierno?


Años atrás, cuando los equipos tenían más españoles que extranjeros y el fútbol era más importante que el marketing, el mercado de invierno no existía. Ningún equipo clamaba por él y los periódicos 'sólo' tenían que inventarse portadas de nuevos fichajes cuando el verano se acercaba. Pero ahora todo es diferente. Hoy en día, prácticamente desde que se inicia el campeonato van surgiendo rumores sobre fichajes y cesiones. ¿Pero estas incorporaciones son realmente rentables para los clubs? Está claro que fichar por fichar o realizar una transacción para desviar la presión de la prensa y la atención del aficionado, aunque son prácticas muy habituales en el fútbol actual, no son inversiones recomendables. En cambio, si tu equipo ha sufrido lesiones y una de las posiciones cojea o, bien, las incorporaciones de verano no han dado el fruto esperado, los afectados poseen una segunda oportunidad para redimirse de los errores del pasado.

Recuerdo, sin ir más lejos, la pasada campaña de la Real Sociedad. En el mercado invernal incorporaron a Skoubo, Mark González y Viáfara, entre otros, y fueron ellos quienes les solucionaron la difícil papeleta que se les avecinaba en la lucha por la permanencia. También recuerdo un fichaje del Valencia, seis temporadas atrás. Un chico argentino que prometía llegó a Valencia y se fue con dos ligas y una UEFA bajo el brazo, un registro más que notable, hablamos por supuesto de Pablo Aimar. Pero los fichajes invernales que triunfaron, aunque existen, no superan en número a los fracasos. Albertini, Boban, Cassano, Tardelli, Palermo, Jajá, Delibasic, Gravesen... La lista es interminable.

La principal causa de este alto porcentaje de fichajes fallidos es la falta de tiempo para la aclimatación del jugador. Todos los jugadores que provienen del extranjero (y más si cabe de Sudamérica) necesitan un periodo de adaptación a la ciudad, al club y a la Liga. Fichando en navidades este periodo desaparece porque el futbolista no puede gozar de la pretemporada para poder asimilar todos estos cambios y nada más llegar se le exigen resultados, y lo que es peor, se le demanda mejorar en unos días lo que sus compañeros en cinco meses de trabajo han realizado.

Por este motivo se debe de tener claro a quién se ficha, en qué estado de forma está el jugador y para qué se le ficha. En invierno existen más urgencias, y eso lo saben los clubs, hecho que aumenta considerablemente el precio del jugador. Por este motivo considero que en este mercado se debe fichar tan sólo lo necesario y no cumplimentar inversiones a largo plazo. Y si estas se efectuan, los aficionados y sobre todo los periodistas debemos de tener claro que el jugador no va a ser el salvador del equipo, ni, por norma general, va a cambiar la tónica del conjunto en los meses venideros (casos de Gago, Marcelo, Higuaín o Matías Fernández). Por eso tengamos paciencia con estos futbolistas ya que el cambio es brusco y no es algo sencillo para ellos. En cuanto a su nivel, Marcelo tiene buena pinta, Gago e Higuaín, aunque son buenos jugadores me parece que están algo sobrevalorados y que se ha pagado demasiado por ellos (el tema de las urgencias...) y Matías Fernández si aprende a realizar la acción precisa en cada momento del juego puede llegar a ser un gran futbolista, ya que ahora le pierde su excesiva individualidad. Todos ellos están capacitados para triunfar en la Liga, pero a ser un gran jugador en una liga europea no se aprende en dos días. Lastima que en el fútbol, si hay algo de lo que se carece está claro que es la paciencia.