viernes, 20 de julio de 2007

Quien tiene un central, tiene un tesoro



Henry estaba llamado a ser el fichaje estrella de la temporada. El delantero francés del Barcelona, sin embargo, ha sido apartado del protagonismo por un central brasileño conocido por Pepe.

Los 30 millones de euros que el Real Madrid ha pagado por el jugador del Oporto establecen un récord en la cifra desembolsada en España por un defensa. Se habla de un precio hinchado, exagerado por un zaguero de 24 años, no internacional con Brasil y que simplemente presenta una notable trayectoria en el club portugués.

Pero su responsabilidad no es baladí. Reforzar una posición maldita en los últimos años y en la que todo un campeón del mundo como Cannavaro ha decepcionado.

La fiebre del central ha afectado también al Barcelona. Primero fue Chivu en pugna con el Madrid. Rotas las negociaciones, Gabi Milito se convirtió en el objetivo. 20,5 millones de euros, variables incluidas, el dinero del traspaso por el central argentino.

Defensas a precio de delanteros. Los zagueros se han convertido también en unas estrellas cotizadísimas, que implican complicadas negociaciones y cifras mareantes. Un equipo se construye de atrás hacia adelante reza una regla no escrita del fútbol. Madrid y Barça han sufrido mucho en la retaguardia durante la pasada temporada y tanto Pepe, junto con Metzelder, y Milito arriban para tapar estas carencias.

La función del central es básica para el buen rendimiento de un equipo. Es muy probable que Henry, Ronaldinho, Eto’o y Messi no tengan sitio juntos en el once inicial del Barcelona, pero nadie duda de la titularidad de Milito.

La obsesión por la seguridad defensiva no es nueva. El Barcelona de los años ochenta fichó a Alexanco por 100 millones de pesetas (600.000 euros), una cantidad nunca pagada anteriormente por un defensa. El Madrid, desde la marcha de Hierro, ha buscado infructuosamente un sustituto de garantías. Los equipo más modestos tiene más posibilidades de mantener el tipo apoyados en la jerarquía de un zaguero fuerte. En el fútbol, no hay vuelta de hoja, quien tiene un buen central, tiene un tesoro.

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