La Liga pierde a un peso pesado

Tras varias campañas amenazando con partir lejos del Calderón, Fernando Torres, buque insignia atlético y máximo goleador de los rojiblancos en las tres últimas temporadas, ha salido del club de sus amores dirección Liverpool.

Ciertamente, se veía venir. El Atlético, aunque sea un grande de España en cuanto a masa social, tradición y carisma, no se le puede considerar como tal a nivel de resultados en las últimas campañas. Desde que el equipo descendió a Segunda División (temporada 99-00), los colchoneros no han salido de España para disputar partidos oficiales. Torres, un jugador de primer nivel, ha visto como, con el paso de los años, el equipo no avanzaba e incluso él se estaba empezando a estancar en su progresión. 23 años es una edad en la que el futbolista ya es consciente de las metas que puede alcanzar, y por desgracia para un colchonero de pro como el niño, el Atlético no le permitía obtener susodichas metas. En cambio, en el actual subcampeón de Europa, con el principal valedor de su fichaje, Rafa Benítez, al frente, tendrá minutos de sobra para demostrar que puede triunfar en un grande y gozará de una plaza mítica donde disputar encuentros de clubs al más alto nivel. Aunque el fútbol que desempeña el defensivo Liverpool no sea el más idóneo para un delantero, en Inglaterra, Torres tendrá frente sí unas zagas más endebles que las españolas y deberá demostrar que los 6.000 millones de las antiguas pesetas que han pagado los reds por él no están mal invertidos. En España aún existe la duda de si Torres es verdaderamente un crack o no. En todos estos años que ha militado en el Atlético no ha sido capaz de meter a los rojiblancos en Europa y frecuentemente se han abierto los debates sobre su valía. En Inglaterra, con un gran equipo a sus espaldas, no posee excusas para no dar lo mejor de sí. Queda por comprobar si los escépticos que dudan del niño tienen razón, o al contrario, Torres se destapa como uno de los grandes arietes del fútbol mundial.

Mucha gente cree que con su marcha, los rojiblancos se olvidarán de la `Torresdependencia´ y podrán formar una nueva estructura de equipo, una nueva era sin el niño. Los 36 millones de euros de su fichaje, si son utilizados con cordura y adecuadamente, pueden servir para relanzar a un equipo que, aunque haya perdido a su futbolista-emblema, tiene la oportunidad de incorporar a varios jugadores de nivel con las ganancias de su traspaso. La pregunta es: ¿Qué es mejor contar cinco futbolistas buenos o con una figura como Torres? La respuesta, en la Liga 07-08.