lunes, 15 de enero de 2007

La educación no debe ser un valor añadido


En esta jornada de sorpresas quinielísticas, con la dolorosa derrota del Barcelona en Montjuic y la remontada del Mallorca en campo del Sevilla, una imagen quedó gravada en la retina de muchos aficionados al fútbol. Tras una peleada y polémica victoria del 'nuevo' Real Madrid frente al Zaragoza en el Bernabéu, parecía que la casa blanca iba a vivir una semana algo más distendida que las últimas, pero no pudo ser así. Fabio Capello, poseído por una ira desenfrenada, le dedicó un poco decoroso gesto a la grada, a la afición de su propio club, es decir, a aquellos que permiten que él pueda cobrar lo que cobra y que pueda gozar de una vida llena de lujos.

Este gesto dará mucho que hablar a periodistas y aficionados, y además esta vez con razón. No es que esté defendiendo a los energúmenos sin educación que, con toda probabilidad, acuden al Santiago Bernabéu y a otros muchos estadios de España y del Mundo con el único objetivo de liberar tensiones e insultar a todo aquello que se mueve. Ni mucho menos, es más, creo que el deporte debería de ser un medio transmisor de valores como el compañerismo o la deportividad y no mostrarnos violencia ni escarnios. Aunque probablemente este gesto de Capello lo repiten diariamente miles de seguidores, pero señor Capello ellos no ostentan el cargo que usted posee ni tienen que dar ejemplo ante su plantilla, su directiva y sobre todo ante todos los jóvenes que le admiran y ven en usted a un ídolo. Es muy fácil pedir disculpas, pero el mal ya está hecho: la imagen del Real Madrid está dañada, el público ya está insultado por una persona a la que mantienen y su reputación y su valor dentro de la plantilla están ampliamente dañados. Personalmente me defraudó mucho ver que una persona que lo ha ganado todo y que lleva muchos años en el mundo del fútbol enseñando a jóvenes y no tan jóvenes, y que remarca la disciplina y el adecuado comportamiento como factores clave dentro de su filosofía, realice algo así. Después de este gesto y aun venciendo al Zaragoza, el señor Capello firmó su tarjeta de partida del club blanco. Y si no, tiempo al tiempo.

No hay comentarios: