miércoles, 17 de enero de 2007

El valor del descartado


Teniendo en cuenta que el fútbol es un 25% calidad, un 25% forma física y un 50% estado de ánimo y mentalidad, cuando un futbolista es descartado por su técnico sufre un fuerte shock mental que pocos son capaces de superar. La gran mayoría acaba por 'huir' a otro club en busca de mayor fortuna o de un técnico más acorde con su carácter y su juego.

La otra minoría decide seguir en el mismo club aunque su imagen esté tachada con un rotulador rojo, aunque no se le dé peto en los entrenamientos, aunque nunca participe en los ensayos de las jugadas a balón parado, aunque su nombre no aparezca en las convocatorias. Este poco apetecible trángulo provoca un desgaste psicológico extremo. Sentirte inútil, o lo que es peor, sentirte útil y no poder ayudar a tus compañeros, provoca que las ganas de entrenar, que el amor del jugador por el fútbol decaiga en picado. Muchos de los que se encuentran en esta tensa situación acaban acomodándose, cobrando altos sueldos por entrenar y no luchan por volver a sentirse futbolistas.

Pero dentro de este grupo existe un escaso número de futbolistas que, bregando contracorriente, siguen desgastándose, continúan entrenando como el que más y consiguen encauzar su ira y su enfado para mostrarlos con un balón en los pies. Quieren demostrar a sus técnicos que están equivocados. Que tienen cabida en el equipo. Y cuando tienen una oportunidad, la aprovechan. Son un rara avis en el mundo del fútbol actual pero su valor, para mí, es altísimo. Tener a un jugador motivado, siendo vituperado y denigrado por sus superiores es algo difícil de entender y solamente los que hemos vivido una situación así, valoramos el increíble pundonor de estos jugadores. Por eso quiero dedicar este post a los Javier Saviola, Iván Helguera, etc... del fútbol mundial y darles coraje y fuerza para que sigan luchando y que no pierdan el amor por el fútbol.

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