jueves, 14 de diciembre de 2006

Estudiantes me hizo vibrar



Dicen que las películas siempre acaban con final feliz. Sin duda, lo que ha vivido Estudiantes de La Plata en este último torneo Apertura, aunque real, ha sido propio del mejor guión cinematográfico. Siempre en desventaja, siempre a contracorriente, ha logrado llevarse el triunfo final a base de fe, tesón y confianza.

Boca Juniors le llevaba de ventaja cuatro puntos a falta de dos jornadas. Pero el conjunto del 'Cholo' Simeone siguió peleando, pensando que, si Boca fallaba y ellos también, desaprovecharían la mejor oportunidad de su historia reciente para llevarse un título que no obtenían desde hace 23 años. Y Boca, con todo a favor, dejó escapar un Apertura que todos, menos 'el Pincha', daban por suyo. Se llegó al dramático partido de desempate; la disputa del cuál, me parece un gran acierto, del que algunas ligas europeas tenían que tomar ejemplo.

En Liniers se congregaron las dos aficiones, conscientes del valor de aquel histórico partido. Muy pronto se adelantó Boca mediante un remate de '9' del poco ortodoxo Palermo. Estudiantes lo intentaba pero un gran Schelotto, muy metido en el partido, el buen hacer defensivo del 'Cata' Díaz y la dureza del central Cahais, le barraban el paso. Cerca del pitido que indicaba el descanso, un polémico rifi-rafe entre Ledesma y Álvarez acabó con los dos en la caseta. Castigo deproporcionado para ambos que perjudicó sensiblemente a Boca; perdiendo en esta acción a uno de los mejores del encuentro.En cambio, Estudiantes tan 'sólo' vio como le expulsaban a un lateral.

La segunda parte fue otra historia. Estudiantes se comió a Boca, porque, como durante todo el campeonato, creyeron en la victoria hasta en el momento menos favorable, creyeron en lo que hacían; tuvieron fe. Boca se quemó fisicamente y el cambio del 'Melli'por Calvo acabó por derruir un equipo en el que Gago defraudó y Palacio estuvo eclipsado por el soberbio partido de Angeleri. Corría el minuto 64' cuando, con un magistral toque de balón, el Pepe Sosa dipositó el esférico en la red de Bobadilla mediante un genial golpe franco. Hay que decir que ayer, Sosa recordó al mejor Riquelme. Preservando el balón sin que nadie se lo quitara, organizando, realizando pases meritorios, todo de forma pausada, pero inteligente.

Con el 1-1, parecía que la prórroga era cuestión de tiempo, pero un constante Pavone, que lo estuvo intentando durante todo el match, fue más pícaro, más inteligente, más 'jugador de calle' que el central Cahais y se anticipó a Bobadilla con un toque maestro, definiendo con un buen testarazo. Se hizo justicia, Pavone merecía un tanto. 1-2 y delirio en La Plata. Boca había perdido el norte, el partido y el campeonato. No hubo más hasta el final, El Estudiantes del corazón y la entrega tuvo el merecido premio a tanto desgaste.

Esta es una historia que, afortunadamente, se repite ciclicamente en el mundo del fútbol. El pez pequeño se volvió a comer al grande, demostrándonos porque es tan hermoso este deporte y que, a veces, con voluntad y trabajo se pueden conseguir las cotas más altas. Un 10 para 'El Cholo', un 10 para el fútbol argentino, que por un día no fue portada por la violencia como viene siendo habitual en los sensacionalistas medios españoles, y un 10 para todos los integrantes de Estudiantes, por hacernos vibrar a todos los apasionados del balón (menos a los hinchas de Boca, claro está). A todos gracias.

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