Para las personas relacionadas más o menos activamente con el mundo del fútbol resulta casi imposible pensar en otra cosa que en el fallecimiento del jugador internacional del Sevilla, Antonio Puerta. Todos y cada uno de nosotros, más allá de colores y afinidades, estábamos disputando ese partido en el que se dirimía la vida de Puerta, y por desgracia no pudimos hacer nada para ganarlo. Hemos presenciado la peor catástrofe de las últimas décadas en el fútbol español y tan sólo hemos podido conectar la TV, la radio o el ordenador y esperar noticias favorables... noticias que desgraciadamente no llegaron, provocando la impotencia de todo un país que no pudo hacer nada para salvar la vida de uno de sus ídolos futbolísticos.
Muchos nos preguntamos ¿cómo es posible que algo así llegue a suceder? ¿Si el fútbol profesional no tiene medios para evitar esta catástrofe, quién los va a tener? Puerta era una persona dedicada al deporte, de tan sólo 22 años y con un físico envidiable. Si se deben pormenorizar los controles sanitarios y los clubs o la LFP deben gastarse más dinero en estudiar más minuciosamente la salud de nuestros deportistas, esta debería ser una prioridad inexorable para todos los estamentos del fútbol español y mundial. Desdichadamente, siempre tienen que acaecer sucesos como este para que el mundo reflexione.
El jugador, que iba a ser padre dentro de dos meses, se había ganado el corazón del público sevillista y español en general con sus grandes actuaciones sobre el césped. Un importante aficionado, a principios de semana, reflejaba el sentir rojiblanco, argumentando que cambiaría todos los éxitos logrados por el club hispalense a cambio de que mejorara la salud de Puerta, un sevillista de pro. Su futuro era esperanzador, ya que había sido llamado por Luis Aragonés para la selección absoluta y había protagonizado actuaciones memorables como el tanto ante el Schalke 04 en la prórroga que permitió el pase del Sevilla a su primera final de la UEFA o la transformación del penalty decisivo en su última final europea ante el Espanyol. Pero más allá de su capacidad profesional hay que lamentar la pérdida de Puerta por su valor humano. Amigable pero profesional, Don Balón pudo intimar con él hace escasamente unos meses, cuando el futbolista se prestó a hacer un reportaje para nosotros vestido con trajes de marca, evidenciando su carisma y afabilidad en cada pregunta que se le hacía. El resultado fue inmejorable y repetimos junto a Navas y Alfaro semanas después.
Por todos estos motivos y sobrepasados por la magnitud de los acontecimientos, en Don Balón queremos sumarnos al duelo de todo el fútbol español y dedicar este escaso pero sincero homenaje a ese gran futbolista llamado Puerta. Antonio siempre estará presente en nuestro recuerdo y en el de todos los buenos aficionados al deporte rey, sean o no sean del Sevilla.
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